¿Por qué debemos podar nuestras plantas y árboles?

La poda es un proceso natural de cambio y renovación en plantas y árboles. El clima y los cambios de temperatura de cada estación, hacen que la madre Naturaleza sea la encargada de esta poda natural para continuar con la evolución de estos seres vivos.

Sin embargo, muchas de la especies de plantas y árboles no viven en su entorno natural y es la mano del hombre la que realiza esta poda para reforzar su correcto desarrollo. Desde setos, árboles o bonsáis, la poda es necesaria para lograr reforzar su belleza y salud y nos permite realizar cambios en su crecimiento.

Por ejemplo: En árboles frutales la poda puede ayudar a que las ramas obtengan más luz y aire para mejorar la producción de fruto. Y en pequeñas plantas se puede estimular su crecimiento a lo ancho y frenarlo para tener más volumen. Si en una poda eliminamos el extremo de un árbol, los laterales se estimulan y brotan, así conseguimos que el ejemplar esté más lleno en vez de más alto al formar nuevas ramas.

En términos generales, la base de la poda es eliminar una determinada área de una planta con el fin de que otras partes broten más rápidas y mejor. Por eso siempre es de gran importancia abonar con regularidad, sobre todo después de la poda.

Hay que tener en cuenta que cuanto más se haya guiado una planta en sus primeros años, es decir, cuanto más equilibrada sea su estructura, más fuerte será al final sus ramificaciones y por tanto su esqueleto.

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