Se supone que el calor fuerte ha quedado ya atrás, pero no se puede descartar que haya días con una temperatura elevada. Por eso, conviene no dejar de manera brusca los hábitos que se han seguido.

Antes de que te des cuenta, atrás quedarán los días sofocantes en los que rehuías el calor en busca de una sombra protectora. El otoño es sinónimo de jornadas en las que un jersey basta para disfrutar del aire libre. Una taza humeante entre las manos y la templada compañía del sol formarán la ecuación perfecta para frenar tu ritmo y las metas que te exiges. Prepara el jardín para la nueva temporada y plantea un nuevo orden en tu escala de valores: hoy, lo que más importa, eres tú.

1. Es fundamental mantener las plantas libres de hojas y flores secas, ya que éstas absorben agua y llegan a frenar el desarrollo de las zonas sanas.
2. No hay que bajar la guardia y sí tener un especial cuidado con las plagas y enfermedades típicas del calor.
3. Conviene aplicar regularmente los tratamientos contra parásitos, así como el insecticida y los fungicidas. En general, es mejor realizarlos en las franjas de menos calor, a primera hora de la mañana o a última de la tarde.
4. Para detectar las plagas, se debe revisar el envés de las hojas. Si se nota su presencia, aislar la planta para evitar contagios e iniciar el tratamiento.
5. El riego se tiene que ajustar a la temperatura, pero cuidado con los encharcamientos, que pueden dar lugar a la aparición de hongos y a la pérdida del ejemplar.
6. También conviene remover la capa alta del sustrato porque, si se riega de más, el agua tiende a apelmazar la tierra, reduciendo la entrada de aire y agua hasta las raíces más finas.

En septiembre, los días son más cortos, es cierto, pero las buenas temperaturas invitan a seguir disfrutando de jardines y terrazas. Al menos, durante determinados momentos de la jornada, aprovechando que la fuerza del sol aún es intensa.