Desde hace ya algunos años, los huertos se han instalado en la ciudad. Cada vez son más las personas que deciden reservar una parte de su terraza, su balcón o incluso su ventana, para plantar alguna pequeña hortaliza o planta aromática.

No hay que tener grandes espacios, se puede encoger hasta ocupar lo que ocupa una maceta, colgarse de las paredes como un tapiz vegetal o hacerse portátil, la única limitación es el ingenio y los tiempos de la madre Naturaleza.

Es importante que el lugar donde situemos los recipientes de plantación sea una zona protegida de las corrientes de aire, bien iluminada y, a ser posible, orientada hacia el sur. De esta forma, aprovecharemos el mayor número de horas de sol posible.

La siguiente cuestión es qué plantamos, si eres ya un hortelano experimentado puedes atreverte con casi cualquier cosa, pero para los más novatos es mejor empezar con algo sencillo. Las acelgas, las lechugas, los tomates, el rábano, el ajo, la cebolla o las plantas aromáticas son algunos cultivos que ofrecen resultados a corto plazo y son fáciles de manejar.

Es importante conocer la época de siembra, los cuidados de riegos y abonos que necesite cada planta, y por último, únicamente nos quedará esperar y recoger los frutos de nuestro trabajo. ¿Gratificante no?