La semana pasada os hablamos acerca de los tipos de poda y cuáles eran las más recomendadas según las características del árbol y el efecto que quisiéramos conseguir con la misma.
En la entrada de esta semana, queremos hablar acerca de cómo debemos podar y qué herramientas debemos usar para conseguir el mejor resultado.
¿Cómo debemos podar?
Los cortes de la poda deben realizarse en la base de las ramas que queramos eliminar, pero hay que tener en cuenta que debe ser hecho por encima del cuello, a unos centímetros de la unión de una rama con otra. También debemos tener en cuenta que las yemas tienen que quedar a una distancia de entre medio y un centímetro del corte.
Los cortes o incisiones tienen que ser en diagonal cuando hay yemas alternas en la rama, pero tendrán que ser rectos cuando éstas crezcan a la misma altura del tallo.
Por último, hay que tener en cuenta que si el árbol es grande o mediano y necesitamos subir a la copa, hay que llevar siempre un arnés de seguridad, aunque siempre es mejor contar con la ayuda de un profesional para realizar estas tareas.
¿Qué herramientas debemos llevar?
- Unas tijeras de mano o podadoras, pues son mucho más manejables que los típicos serruchos. Este tipo de tijera es el más indicado para la poda de ramas pequeñas. Cuando son de una mano se utilizan para cortar ramas de unos 20 milímetros de diámetro, cuando son de dos para cortar más de 30 milímetros.
- Los serruchos se utilizan para ramas más gruesas. Existe una gran variedad de ellos, con diferencias en su tamaño, el tipo de dientes, el espesor del cuerpo y la forma de la hoja. Lo primordial es que los dientes estén bien afilados para facilitar al máximo el trabajo.
- Navajas de jardinero, estos se utilizan para rematar algunos cortes cuando se trata de ramas muy gruesas en las que la primera incisión no ha quedado perfecta. Las hojas de esta herramienta son curvas y muy afiladas, para ayudar con la precisión del corte.